Las 5 Trampas del Sendero a tu Maestría
La Queste espiritual en la Nueva Era
Los caballeros de la Mesa Redonda del Rey Arturo emprendieron una audaz queste (búsqueda) con un objetivo casi inalcanzable en mente: derrotar a peligrosos enemigos y monstruos, entregar mensajes secretos, recuperar tesoros perdidos y rescatar a damas nobles secuestradas. Hoy en día, el héroe de la vida moderna sigue más solo que nunca: Todos están llamados a tomar las riendas en sus propias manos, a asumir la responsabilidad en el caos de estos tiempos de pérdida de valores, incertidumbre y promesas de salvación. Allí madura el héroe y alcanza esa poderosa libertad individual que es necesaria para cocrear. Entonces comprende cada vez más que la especie humana sólo puede tener éxito en el conjunto: como células armoniosas de un cuerpo, como familia unida, como equipo en colaboración y como sociedad que despierta y sigue con valentía el camino de una nueva cultura: sea como mujer, como hombre, como suizo o mexicano, como habitante del planeta Tierra… En cuanto el héroe victorioso sirve entonces a un propósito más elevado – y ya no se trata solamente de cazar o recolectar dinero – de repente sabe cómo responder a las preguntas existenciales perspicaces, porque su ego ha cedido naturalmente a una perspectiva transpersonal:
¿Estoy en el camino correcto? …
¿Cómo gano mi búsqueda? …
Desde mi infancia me gustaba entender el mundo como un teatro de estaciones, un sendero de aventuras o un menú de múltiples platillos, donde yo mismo soy el protagonista o el héroe; el cocinero y al mismo tiempo el invitado gourmet: La vida es – mis experiencias del alma, las estaciones del rally, los retos, los platillos del menu, los capítulos del libro de la vida… Todos los elijo yo mismo, así como la meta a donde quiero llegar: ser feliz, ser rico, ser iluminado… Si alcanzo mi meta no es tan importante, lo principal es que estoy en camino. En mi queste.
La respuesta correcta a la primera pregunta, como ya en el caso de Percival, es: “Por supuesto que estoy en el camino correcto, sólo me necesito a mí mismo y a mi experiencia, punto”, a la segunda pregunta: “con amor” o “de corazón”. Eso es todo, tan sencillo. La filosofía no viene de la cabeza, sino que emerge de la vida misma.
Después de mi infancia empecé a entender la vida como una búsqueda espiritual, una queste. Mi espíritu es el motor, la luz, que me lleva incluso a través de los tiempos más oscuros, cercanos a la muerte. ¿Cuántas veces quisiste rendirte y pensaste que ya nada sigue, que no podías seguir? ¿Pero no hubo siempre ese poder de resiliencia dentro de ti, que te elevó y te jaló hacia adelante? Todas las almas humanas han guardado la memoria de su origen, de la fuente, de donde fueron luz pura. Esto es lo que hace el anhelo, la búsqueda en el hombre, porque sabe en lo más profundo de su ser: sin acercarse a esta luz de nuevo, sin “volver a casa”, nunca será feliz. Cuanto más atrapado estaba en el sistema de la materia, de la posesión (sin importar si poseía mucho o poco), tanto más brilla ahora su plenitud con el poder de su alma y la espiritualidad.
Pero cuidado: algunos caen en el opuesto dual, la búsqueda se convierte en una adicción, en una adicción que quiere tapar los agujeros del alma llorona – de cócteles bioquímicos internos, llamados emociones, o externos, llamados drogas, o de otras dependencias, con personas, parejas, jefes, de promesas de salvación o de los llamados “caminos espirituales” (de otras personas), o de convicciones negativas de que la VIDA simplemente no es posible. El héroe medio muerto. El héroe muerto. La sociedad de los medio muertos. La MUERTE en la vida. El héroe se ha despedido de la leyenda. No hay nadie. Se ha rendido a sí mismo. A mitad de camino. búsqueda perdida. El hombre que se queda pegado a la superficie, o en una nube de una bella ilusión.
Y todo porque eres un ser de luz. LUZ. Se busca luz. Como polillas a una llama. Como los componentes de luz alrededor de tus espirales genéticas. Así es como creas tu realidad. Es como todos creamos nuestra realidad. – Por fin entiendo lo que los Mayas me dijeron hace tiempo: vivir desde el espíritu te rejuvenece y te permite vivir tus sueños como un niño. Allí se rebela la razón, la parte masculina dentro de ti; no te preocupes, nunca lo entenderá. Tu corazón lo entiende, y sabe cómo aplicarlo. Mi alma quiere ser libre y está aquí para vivir la chispa divina, la abundancia divina sobre la Tierra. Ahora.
Gracias a mi infancia, vagué durante muchos años, como antaño Parsifal (o Perceval), por la “Tierra Yerma”, sediento de amor, de lo femenino, de la Diosa –de sentir, de perdón, de inocencia, de conexiones, de lo Todopoderoso… La “Tierra Yerma” por la que erraron los Caballeros de la Mesa Redonda (en francés terre gaste, en inglés waste land), es un símbolo muy actual para nuestra sociedad en sufrimiento, llena de carencias e infertilidad, con una naturaleza en desequilibrio y personas medio muertas con estructuras rígidas de poder y mentiras. –Sólo mucho más tarde mi héroe comprendió que en su lucha interior, que nunca pudo ser ganada, perdió constantemente su fuerza. Fue una lucha entre dos perspectivas del mundo: el vago recuerdo de lo divino, de los maestros de luz, de “algo mucho más grande” por un lado, y por otro lado la obvia caída de la sociedad y el hundimiento en el hábito de lo académicamente confirmado, de una tan limitada “cosmovisión”. Yo era el héroe medio muerto. Balanceándome de un lado a otro. Me arrastré a través de la “Tierra Yerma”, como tantas otras personas a lo largo de la vida. Hoy agradezco a esta vida, a mis padres, a las personas a las que cedí ciegamente mi poder, con las que luché (al modo de Don Quijote) y a las que idolatraba (es decir, las confundía con Dios/Diosa), también a todas las experiencias (a veces dolorosas) que se me permitieron tener, porque todas ellas eran mis maestros. Hoy en día la vida misma es mi maestría. La “Tierra Yerma” se ha transformado gradualmente en el paraíso terrenal donde todos podemos vivir en felicidad y abundancia (si tan sólo supiéramos). Sin embargo, mi queste continua. Porque vivimos, aún, en un sistema dual, somos chispas de luz recogiendo experiencias como alma en un cuerpo y por lo tanto ascienden, de regreso a la Luz. Un juego, maya, ilusión, pero divino.
Las 5 trampas de la Queste hacia tu Maestría espiritual:
En estas mis aberraciones y al mismo tiempo caminos de regreso a casa a través de la ” Tierra Yerma” caí en algunas trampas y quedé atrapado en ellas por un tiempo. La mayoría de nosotros tenemos que pasar por estos 5 niveles, uno tras otro, de lo contrario el ” Juego del Plan del Alma” no continuará. Son parte de las experiencias por las que estamos pasando. Cada nivel tiene su lado prometedor, que puede hacernos ADICTOS, y que luego justificamos con gusto hacia afuera. Entonces nos consideramos extremadamente “espirituales” y creemos que ya hemos alcanzado la medida más alta de espiritualidad, que por supuesto no existe. Esto es parte del juego virtual del engaño: si fuera fácil, no lo llamaríamos queste. Así que, tú heroína, tú héroe, entonces avanza felizmente al siguiente nivel, de lo contrario ¡te quedarás estancado con tu desarrollo en esta vida!
Si conoces las 5 trampas o los niveles de la queste, te pueden ayudar a ubicarte, a entender dónde actualmente vuelves a aferrarte o estás atascado, o advertirte de los próximos posibles trampas o engaños de los que podrías ser víctima. Con ellos tienes en tus manos el mapa tan importante, sin el cual el héroe podría perderse. ¿Listo para tu queste?
Como yo mismo vengo de una familia bastante atea, conozco los clichés burgueses con los que uno pasa por encima de las instituciones eclesiásticas o los llamados charlatanes esotéricos sólo para justificar su propio ateísmo o para no tener que abrir la puerta a Dios/Diosa. Desde un punto de vista histórico-cultural, los caminos hacia una espiritualidad llena de luz y de corazón y una conexión con la naturaleza, lo divino, el universo, han estado enterrados durante siglos, por lo que no es sorprendente cuánta gente todavía quiere ser espiritual, pero inconscientemente mantiene la puerta cerrada. Y si mi alma no está preparada para abrirse a algo nuevo, para dejar ir, para desaprender, para dar, entonces no viene el anhelado Maestro, ni encuentro el método puro o las prácticas realmente eficaces que la ayuden a progresar en el camino del alma. Quien se quede atrapado aquí, queda atrapado en la trampa 1: JUSTIFICACIONES Y EXCUSAS.
Gracias a Dios mi acceso fue exitoso a través de “experiencias cumbre” (peak experiences), como las llamaría el fundador de la psicología transpersonal Stan Grof, porque mis defensas, mi estructura mental, eran tan fuerte que no fue fácil de romper. Gracias a una experiencia cercana a la muerte, viajes a otras civilizaciones y formas de conciencia, especialmente con los mayas de 2000 a 2007, mi ego aprendió a observar su propia disolución cada vez con más calma y a pavonearse rápidamente con estructuras frescas, “más espirituales”, lo que me llevó a menudo a caer en trampas siempre nuevas: Así, a veces, me hice dependiente de ilusiones oscuras y luego de ilusiones luminosas. En la adicción a la terapia uno puede llegar a depender de que cada miércoles, con el terapeuta de regresión o el sanador chamánico, uno descubre algo muy oscuro, doloroso, horrible de ésta u otra vida, y entonces como equilibrio a esto también necesito mi “alto” (high) semanal a través de experiencias transpersonales de conciencia expandida, apariciones de ángeles y mensajes cósmicos canalizados. Tanto el mundo oscuro como el luminoso hacen un gran negocio: por un lado con las personas que creen en la oscuridad, el mal, la magia negra, por otro lado con las personas que buscan promesas de sanación y compran amuletos de la suerte y los llamados elixires celestiales…
La mayoría de las personas que ya se encarrillaron de modo más consciente en su queste espiritual, se atascan a menudo en estos dos niveles, en la trampa 2 y 3: ATRAPADO EN LA OSCURIDAD o en ILUSIONES LUMINOSAS.
Ahora parece que la heroína/el héroe necesita algo de perseverancia en el camino por adelante a través de la ” Tierra Yerma” de nuestros hábitos y deberes culturales. Ya que se trata de asumir la responsabilidad uno mismo, de “seguir el propio camino”, sin un maestro que mastique, canalice o resuelva todo, sin entregar el poder a una institución o a un grupo; pero eso es exactamente lo que todavía muy pocos quieren hoy en día. Y la mayoría de las veces ni siquiera son conscientes de ello, ¡tan profundo en nuestro inconsciente colectivo radican estos programas de impotencia, victimización, de ignorancia y estupefacción colectiva o ausencia de la mente! El camino de la experiencia directa es como un paseo por la cuerda floja en un circo sin red de seguridad. Y hay otro desafío: en el pasado, el monje rezaba, ayunaba, meditaba durante años en una cueva o ermita en la montaña; hoy lo necesitamos en las ciudades, en la fricción con la vida cotidiana “banal” y neurótica. Al monje se le permite ir entre la gente, su meditación tiene lugar en el supermercado, la tesorería y en el vestuario infantil, ahí es donde está su meditación, su servicio a los demás…
Pero incluso como Maestro de la EXPERIENCIA DIRECTA el héroe puede quedar atrapado, en la trampa 4, si no es congruente, y no vive lo que predica. La mayoría de la humanidad sigue hoy en día así: con un pie dentro y otro fuera; con un pie quizás en el propio camino sincero, honesto e incluso lleno de luz, sin embargo, los viejos patrones de pensamientos de escacez, reacciones de miedo y agresión le siguen alcanzando, cuando menos “se espera”, en la conversación con su pareja de vida, en situaciones inesperadas de trabajo y de vida cotidiana, al pagar una factura, al hacer cola en un banco, etc.
Alcanzamos la verdadera maestría cuando BENDECIMOS LA VIDA COTIDIANA. Cuando ya no “buscamos”. Cuando la espiritualidad vuelve ser parte de la verdadera vida plena. Entonces soy, vivo, aprendo. Entonces cada desafío, dentro y fuera, se descubre como una posibilidad de aprender. Y seguimos adelante humildemente. Veo con el corazón, pienso, hablo, actúo desde el corazón. Presto atención a cada momento en la vida en la que estoy atento y consciente. Con el corazón abierto, el amor fluye hacia mí y yo lo traspaso. Cada aliento me llena de espíritu; llena mi cuerpo de espíritu. Cuerpo, emociones, corazón, mente, alma y espíritu tienen lugar aquí y ahora.
En un tiempo tan ajetreado, acelerado y neurótico, aquí existe el peligro de que haya caído en la trampa 5, dejándome llevar por “tantas cosas que tengo que hacer”, que “la vida cotidiana me alcance” y no logre consagrarla, en cada momento. Aunque he alcanzado grandes alturas espirituales, pero no consigo integrarlas en mi vida y vivirlas siempre. La vida cotidiana y la espiritualidad siguen siendo dos mundos separados para mí. Esta es la tarea más difícil y urgente para abordar los problemas de este tiempo y crear la paz en el mundo, adentro así como afuera.
1. JUSTIFICACIONES Y EXCUSAS
Cuestiono el mundo espiritual porque en realidad no quiero entrar en él, aunque afirmo que sí lo hago. No actúo de acuerdo a lo que digo. Veo “charlatanes” por todas partes (y tengo todas las razones para hacerlo, porque me ha pasado algo terrible en el pasado, o porque otros me han contado sus experiencias). Así que justifico que no continuaré mi búsqueda por la luz perdida. Invento mil excusas porque no he podido seguir el camino de mi alma, porque me encuentro mal, porque no tengo dinero, porque no tengo tiempo (aunque es justo al revés: si empezara a resolver estos problemas se convertirán en fuentes de flujo y abundancia).
Creo y no creo, entro y salgo, de las salas de enseñanza con o sin Maestro; no encuentro enseñanza pura, y como todo es un espejo, me aferro a enseñanzas dudosas, a grupos y métodos que reflejan el ego del llamado Maestro, así como a luchas de poder, dogmatismo y enseñanzas de sombra con conocimiento distorsionado, como la mayoría de las instituciones (para crear dependencia con los seguidores). Me quedo con mi ignorancia e indiferencia (aunque pueda yo afirmar lo contrario y hacer saber a los demás que yo mismo sé mucho). Una patología moderna es también asistir a talleres en todas partes y saltar como un chapulín (un saltamontes) de un maestro a otro, de una escuela a otra (en lugar de seguir el camino de mi alma en esta vida y conocer y liberar mis línajes ancestrales y del alma. Al final veo confirmado lo que ya sabía antes y le digo a todo el mundo: “esto no es para mí”, “no creo en estas cosas”, “todos son charlatanes”, etc.
2. ATRAPADO EN LA OSCURIDAD
Soy adicto a mis mundos oscuros, a mis sombras, a mi negatividad, o bien estoy secretamente enamorado de mi “demonio” o me mantiene vivo el hacer nuevos y horribles hallazgos dentro de mí una y otra vez. Así que siempre vuelvo a mis mundos oscuros y viejos patrones. Me quedo atascado y me quejo todo el tiempo. Son las personas que siempre responden a la pregunta “¿cómo estás?” con: “Ooh, ahora estoy en un profundo proceso”. Porque me siento víctima de las circunstancias o reacciono con violencia y odio a la vida, a lo sagrado. Juro que “la vida es difícil, hostil” y tengo la sensación de que “de una u otra manera no funciona”. Juzgo a todo el mundo y hablo mal de los maestros. Tal vez soy adicto a los grupos que trabajan con energías oscuras, a los fuertes trabajos de trance chamánicos o incluso a los exorcismos. Para mí, el camino hacia la luz, el camino de la sanación siempre empieza por resolver primero una situación difícil, oscura o peligrosa, o por liberar a un demonio. Este patrón es mi garantía para una sanación que funciona después y un paso hacia la libertad y la ascensión. Tal vez observo el mundo como hostil, donde todos quieren hacerme daño, o donde existe la magia negra, de la que tengo que protegerme. No veo los obstáculos delante de mí para superarse y aprender.
3. ATRAPADO EN ILUSIONES LUMINOSAS
Soy adicto a las ilusiones luminosas, me aferro a las experiencias placenteras como si fueran el mayor grado de lo que podría alcanzar. Así que estoy atrapado en lo “maya”, el mundo de las ilusiones y los engaños, tal vez entrego mi poder a un maestro, una enseñanza o una religión específica, pero no soy consciente de ello. Creo que estoy muy avanzado espiritualmente, pero sólo me engaño a mí mismo. Repito lo que dice el maestro o el grupo: “no hagas esto…”, “vimos a Jesús”, “la tierra temblaba”, tal vez estoy mintiendo y no he visto ni sentido nada, tal vez la euforia del grupo me ha seducido. Dependo del grupo, de un dogma, de una herramienta especial, como la música u otras personas, para repetir mis experiencias espirituales. Tal vez soy adicto a los grupos que se ocupan de las energías hermosas y claras o que tienden a despegar, a “volar”. Olvido que también la espiritualidad es “como arriba, así abajo”. Vivo en una burbuja que no es real, y no me doy cuenta de que no hay ascenso en ella. Una dependencia muy sensible es depender de estados de felicidad y de una conciencia expandida como si fueron una droga, hasta que me doy cuenta de que no logro integrarlos en mi vida diaria. Otra posibilidad es depender de sustancias como las plantas madre para lograr estas “experiencias cumbre”.
4. LA EXPERIENCIA DIRECTA
El único camino a tu maestría, a una vida desde el Espíritu, es la experiencia directa. Jesús y Buda enseñaron a sus discípulos y los mandaron al mundo. Pero los tiempos han cambiado. Una enseñanza o un maestro puede darte información, herramientas o un impulso, iniciar una sanación o un proceso de evolución espiritual acelerado (llamado iniciación). Pero la experiencia sólo puede ser vivida por ti, la decisión de seguir el camino la tienes que tomar tú, y vivirlo cada día, con disciplina, dedicación y amor, para que algo realmente cambie en ti. Entonces tienes que llegar a la experiencia solo, sin un maestro, en cualquier momento de la vida. Tienes que “saber sin saber” cómo conectarte con los estados luminosos de tu alma, tal vez vivir experiencias místicas, hacer tus retiros personales en silencio, ir a hablar con la naturaleza y sanarte a ti mismo, etc.
Más y más gente hoy en día encuentra su camino sola, hacen progresos sorprendentes en poco tiempo. Yo mismo, le debo muchas experiencias trascendentales a Don Lauro; gracias a él aprendí que la vida que vive la mayoría de la gente es tan limitada y que toda esta cosmovisión es real. Algo cambió en mí: mi cuerpo, mi mentalidad, mi corazón, la conexión con mi espíritu, recibí el conocimiento superior y se me permitió experimentarlo, vibró y sonó dentro de mí, no estaba en un libro o sólo en mi cabeza. Luego aprendí a repetir las experiencias solo y luego a compartir y enseñar. El monje, el guerrero, Parsifal, el héroe de la experiencia directa tal vez sea un rebelde, o mejor un pionero: se cuestiona a sí mismo y luego se pregunta: “Y ahora, ¿cómo lo hago mío? ¿Cómo puedo mejorarlo? ¿Qué nueva aplicación o ejercicio podría inventar con esta experiencia?” El camino directo requiere disciplina, práctica, estudio, paciencia, humildad. El camino directo necesita discernimiento: es decir, reconocer tus linajes ancestrales y de alma que debes seguir en esta vida o etapa de la vida. Entonces no saltarás de taller en taller, sino que primero formarás y desarrollarás un “linaje”, luego quizás otro. Como yo mismo, el “linaje” Maya, InKa, el Celta, el Tibetano, el Templario etc.
5. BENDECIR LA VIDA DIARIA
No has terminado. Tal vez has olvidado que vives en un mundo dual donde la mayoría de la gente está envuelta en un sistema donde el dinero manda, donde tenemos que trabajar y cumplir con los deberes como ciudadanos. Cada persona es totalmente responsable de sí misma y elige su integridad, su entorno, sus actividades sentidas por sí misma.
Esto es lo que intentamos vivir en el Recinto Natural SEMUK Valle San Lorenzo: seguir el camino espiritual con disciplina, oración, ejercicios físico-energéticos (Biosintergia©), artes marciales, conviviendo con la naturaleza y cultivando nuestra propia comida tanto como sea posible; haciendo conexiones con las inteligencias y los niveles de conciencia superiores; incrementando la frecuencia hasta que se convierta en un hábito diario; desarrollar una sexualidad sana, respetuosa y sagrada (tantra blanco); la autosanación diaria sin que los problemas se acumulen; la sanación de uno mismo y de los demás, si es necesario de manera inmediata, en presencia o a distancia (técnicas del Sanador Invisible©); dar servicio a los demás, para quien necesita apoyo, una parte es siempre dar, sin esperar nada a cambio. Me dejo guiar por mi espíritu e intento aplicarlo en mi trabajo, en casa y en la cocina, ganando dinero, con mis amigos, en las redes sociales (físicas y virtuales), así como en el desempeño de mi estilo de liderazgo y en la educación de los niños. A partir de estos 5 niveles de conciencia o 5 trampas de ilusión, la humanidad será capaz de crear nuevas formas de convivencia humana, en la economía y la educación. Lo más difícil ya se ha logrado, ahora es el momento de seguir manifestando.
Pascal K’in Greub, Recinto Natural SEMUK, México, enero 2018/mayo 2020