IMPRESIONES SIGUIENDO LAS HUELLAS DE MARÍA MAGDALENA, mayo de 2024 

IMPRESIONES SIGUIENDO LAS HUELLAS DE MARÍA MAGDALENA, mayo de 2024 

Domaine de la Salz: 

Un viento cortante y frío soplaba ese día, antes de la inauguración oficial por la noche para el grupo de viajeros, cuando cuatro de nosotros llegamos a este remoto valle con la antigua base templaria de la “Domaine de la Salz”. Es un lugar verdaderamente mágico con la más alta energía estelar, parecía que los “hermanos estelares” nos observaban. Wow, realmente una vibración muy alta, ¡con mucha luz! En el manantial levemente salino, percibí una entrada en la tierra interior y pude ver a su “gente” caminando  por allí. La salida del manantial nos ayudó a soltar lo viejo y a recargar las pilas en su vórtice de energía ionizante. 

Pronto vi una enorme nave nodriza estacionarse justo encima de nosotros, por encima de todo el valle, como para mostrarnos que éste es un lugar de aterrizaje y que siempre hay un ir y venir de seres extraterrestres luminosos.  

Recibí la misma información alrededor de la legendaria montaña de Bugarach, también en los alrededores de Rennes-le-Château y siempre donde encontrábamos megalitos o antiguos lugares de culto druídico. Las anomalías descritas de restos de vidrio quemado en el Domaine de la Salz no son el resultado de quemadoras de vidrio, como he leído, sino han sido creadas durante un largo periodo de tiempo por la gran exposición a la luz y al calor de las naves espaciales que aterrizaron y despegaron aquí y no son nada fuera de lo común; hay muchos lugares así en México. Quien siga explorando aquí y se atreva a descender a los posibles pasajes subterráneos debe tener la conciencia despejada y las intenciones más puras, y así estar entrenado en las altas frecuencias y en el trato espiritual y respetuoso con los seres  de luz cósmicos superiores. Esta es mi comprensión de la historia de los exploradores enfermos, desaparecidos o fallecidos en esta zona del antiguo llamado templo subterráneo de “Otánica”. 

Rennes-le-Château

La iglesia de Santa Magdalena y la lujosa finca del antiguo pastor Bérenger Saunière en Rennes-le-Château (* 11 de abril de 1852 – † 22 de enero de 1917) necesitarían más de un día para sumergirse realmente en sus alusiones y simbologías crípticamente ocultas, que las épocas más diversas, desde los visigodos a los cátaros y templarios, hasta el propio sacerdote, han dejado aquí, visibles e invisibles. En consecuencia percibimos las energías en muchos rincones bastante caóticas, a menos que uno se fije claramente en una imagen como la de María Magdalena: cómo está al fondo del coro ungiendo los pies de Jesús, y sólo ellas dos tienen halos brillantes, mientras que los discípulos que están por encima de ella no. De repente, un pequeño grupo de nosotros se reunió en la Orangerie, la pequeña casa de cristal en la antigua muralla de la fortaleza, donde se respiraba una energía tranquila y equilibrada, llena de paz. Allí pude respirar aliviadamente, además de todas las historias de búsqueda de tesoros y el juego de escondite alrededor de María Magdalena y el tesoro cátaro. Canté lenguaje de luz y era bueno para las almas, en este mundo y en el más allá. En Rennes-le-Château, que parece extremadamente tranquila y casi abandonada, el visitante sensible se encuentra con un mundo polar entre la luz y la oscuridad, en el que cada uno toma el partido que quiere o en el que inconscientemente termina en el espejo de esta antigua capital visigoda “Rhedae”. No se pierda comer en el restaurante “Jardin de Marie” y sentarse junto a la fuente del jardín donde antaño se elevaba un antiguo templo de Isis, justo enfrente de la Villa Bethania, donde Saunière celebraba sus opulentas fiestas con personalidades de varios países y abundante ron jamaicano.   

Gorge de Galamus: 

Para nuestra sorpresa, entramos en una iglesia cueva sumamente luminosa que parecía más antigua que la época templaria transmitida. Todos  –sin acuerdo previo– permanecimos en silencio y, de repente, estábamos todos sentados al fondo en la última banca de la esquina de la roca, entonando juntos cantos armoniosos y, más tarde, el A-E-I-O-U cátaro con su significado oculto de conectar todas las direcciones y dimensiones del universo en un sonido interior. La gran estatua de madera de San Antonio también me sorprendió positivamente con su poder amoroso y natural. Todo aquí parece apuntar a que podemos sentirnos uno con la naturaleza, la enorme nave de la gruta y las fuerzas elementales. Fue como una preparación para las cuevas cátaras cerca de Ussat y la cueva de María Magdalena cerca de St. Baume al final del viaje.     

Carcasona: 

Debido al tiempo fresco y muy lluvioso al principio de nuestro viaje iniciático, decidimos ya pasar hoy un día en Carcasona. Las murallas fortificadas, totalmente conservadas o restauradas, y accesibles de la ciudad medieval con sus estrechas callejones y la visita al espacioso castillo con sus torres de defensa fue una experiencia única. Todos quedamos profundamente impresionados y conmovidos por el hecho de que esta ciudad tan fortificada fuera uno de los primeros bastiones cátaros en caer en manos del ejército de la cruzada del Papa y del Rey francés, cuando muchos cátaros escaparon, fueron empujados desnudos por la ciudad o ahorcados. Algo macabro para mí fue la comercialización de este capítulo de nuestra historia europea en el Museo de la Inquisición y la Tortura, sobre todo porque desde mi llegada a Toulouse procedente de México me había sumergido en una antigua vida cátara y tuve que pasar  por oscuros procesos durante las primeras noches, en las que me descomponían lentamente, me mataban de hambre y me torturaban en un calabozo. No acepté la insistente invitación turística de una dama de piernas largas para visitar el museo y seguí mi camino, bendiciendo la ciudad y su pasado, así como el mío propio, bajo la lluvia incesante, protegido por mis acompañantes luminosos y un paraguas demasiado pequeño. 

Peyrepertuse y Queribus: 

Apenas entrando en la muralla exterior del castillo de Peyrepertuse, que se aferra a los peñascos más altos, en el grupo compartimos la sorpresa de qué tan lleno de luz estaba el lugar. De niño, había visitado todos los castillos y ruinas medievales en los alrededores de Basilea, así como muchos lugares de culto celtas, pero casi siempre percibía allí energías oscuras y estancadas. Después subimos a la parte interior e inferior del castillo y nos quedamos un rato en la iglesia en ruinas con su altar que vibraba muy alto y que probablemente se remonta a un lugar de culto celta más antiguo. Una parte del grupo permaneció allí, cantando y meditando, mientras que a mí se me permitió subir al castillo superior con la otra parte.  

Aunque se dice que la parte superior sólo fue ordenada construir por el rey francés hasta después de la caída de esta fortaleza cátara, estoy seguro de que –en el punto más alto donde hoy se alzan las ruinas de la iglesia superior– hubo un santuario cátaro vivo mucho antes. Cerré los ojos, desafié las fuertes ráfagas de viento y en un instante me vi rodeado de amables y cariñosos “cátaros de luz”. Se acercaron a mí y a los participantes del grupo, nos bendijeron, acariciaron y abrazaron. Había mucho amor. Lo que prevalecía, sin embargo, era una luz resplandeciente y una conexión con el cielo y las altas dimensiones que no cesaba. “¡Esto es un Castillo del Grial!”, me dije espontáneamente y de pronto comprendí lo que significaba. Aquí se rezaba, se practicaban prácticas espirituales sagradas y se compartían secretos del Grial. ¡Nunca antes en todos mis años de visitar castillos como niño y adolescente había experimentado algo así! Un regalo inolvidable. 

El grupo decidió no subir a la más compacta fortaleza cátara de Queribus, que parece sacada de una película medieval moderna, pero celebramos una hermosa ceremonia de sanación a sus pies. Nos asistió el poder de la luz del castillo con sus cuatro seres guardianes gigantes en la roca, que parecen sostener y proteger el castillo en el lado de la subida. Se me permitió ver cómo estaba cada uno a nivel personal, ya que no solo conmigo salieron a la superficie  temas de vidas pasadas y de la infancia. Entonces abrí la conciencia hacia una “sanación colectiva de los cátaros”, nos adentramos cada vez más en la luz divina, que era abiertamente accesible en esta zona como en una burbuja. La clave aquí es la conexión con el conocimiento de los “puros” y “buenos” (los cátaros). Aquí también, el Santo Grial era algo tangible, palpable, que llenaba nuestras almas con más y más luz.   

 

Montsegur y Montreal de Sos:  

Montsegur (“la montaña segura”) parece haber sido un centro de irradiación secular para la labor espiritual de los cátaros, y fue el último gran bastión en rendirse a los sitiadores en 1243. El antiguo dolor de la atrocidad cometida por el Papa y el rey francés, cuando 250 cátaros fueron quemados en la hoguera, aún puede sentirse hoy al pie de este peñasco antes de subir. Allí, arrodillados y con la cabeza inclinada, celebramos una ceremonia por todas las almas cátaras que murieron por el amor verdadero y la luz divina, así como por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y por una cultura y economía medievales florecientes, incluida su propia lengua, el occitano. Después subimos al castillo: En su interior, sin embargo, había tanta oscuridad que algunos del grupo estuvieron a punto de vomitar, reforzados por un guía turístico patriarcal que se adueñó de casi todo el patio del castillo con su grupo. Después encontramos un lugar más equilibrado detrás del castillo, donde nos recuperamos y reenergetizamos mediante activaciones de los cuerpos de luz. Sólo accesible desde el exterior y por un lado estrecho, hay una parte más luminosa del torreón con una escalera de caracol, donde pude volver a hacer las paces con la historia de Montsegur en una meditación. Hoy en día, Montsegur es un importante monumento conmemorativo de uno de los grandes genocidios de la historia: la cruzada contra los “albigenses”, como también se les conocía, y la posterior inquisición especialmente inventada con torturas y denuncias.     

A continuación, remontamos el Valle del Ariège en dirección a Andorra, a donde habríamos tardado casi dos horas más en coche. Al cabo de una media hora, escondido cerca de un tranquilo pueblo con vistas a las montañas nevadas, hay una cresta rocosa abandonada, entremezclada con místicos conductos de cuevas, pero con escasos restos de los muros del antiguo Castillo del Grial, Montreal de Sos, la “Montaña de los Reyes”. Este lugar parece ser un verdadero secreto y estoy muy agradecido de haber seguido mis indicaciones internas. No había mucho que ver en el exterior, ¡pero aun más en el mundo más allá! Mientras subíamos, bromeé con el grupo: “Por favor, muestren su pasaporte, su equipaje será revisado…” porque se sentía como un “control espiritual de camino”. Comprobaron quiénes éramos, qué tan puro era nuestra conciencia, de dónde veníamos y cuál era la preparación de cada visitante. Igual que en aquel entonces, porque sólo se permitía la entrada a los Caballeros y las Sacerdotisas iniciados en el Grial. Más tarde me di cuenta de que toda Occitania era una especie de templo o burbuja iniciática, donde todavía hoy se puede contar con la ayuda espiritual infinita de maestros de luz y ángeles. Por supuesto, los que están preparados para ello, y como dirían mis maestros mayas, saben entrar en los templos “en lo sagrado” y no “en civil”. A mitad de la montaña, al fondo, hay una entrada a una cueva que solía estar fortificada con un muro a modo de “splouga”, detrás del cual hay incluso una pintura rupestre con símbolos cátaros, como una espada, un sol y muchas pequeñas cruces. Me sentí inmediatamente atraído por la cueva más grande y adentro del estrecho túnel del tamaño de un hombre, aunque mi mente se rebeló un poco y dijo que yo no era un espeleólogo ni un niño pequeño. La energía me invitaba y oía voces que me decían: “Entra, sigue…”. Después de unos 15 metros, poco a poco se fue estrechando y me senté. Miré hacia atrás y la oscuridad era total, ya no veía ninguna luz, sólo oía a lo lejos las voces de los compañeros del grupo, pero todos querían quedarse arriba, en la semicueva. Envié mi voz a través del agujero de gusano: “¡Por favor, ya no hablen, la ceremonia está a punto de empezar! Cuando cerré los ojos, perdí “el suelo bajo mis pies” y la sensación de dónde estaba. Fluyó mucho amor. Era como si yo y los demás de arriba estuviéramos en una especie de canal de parto de la Madre Tierra. Todo se volvió luminoso, un cordón umbilical lleno de luz conducía a cada uno del grupo. Estábamos conectados con el corazón más profundo de la Madre Tierra, fuimos nutridos, recordados, sanados… Sentí que era un regalo único, estaba en la octava dimensión y actuaba desde mi nuevo “cuerpo de armonía”, de modo que ya no hacía ni dirigía nada por mí misma, sino que simplemente pasaba a través de mí… Sólo dejaba que pasara. Sabía que era una especie de morir una “muerte subterránea” para renacer en el útero de la caverna, acobijado en el amor de “Mamá Tierra”. Cuando volvimos a salir de la cueva a la luz del Sol, los rayos solares nos ayudaron a celebrar este renacimiento espiritual y a integrarlo en el aliento de la vida cotidiana. Todo sucedió tan rápido que no todos han podido participar conscientemente, sino que absorber inconscientemente esta iniciación y permitir que surtiera efecto.    

Más tarde, tres del grupo nos encontrábamos cerca del punto más alto del Castillo del Grial, junto a unos restos de las murallas de lo que una vez debió de ser una magnífica fortaleza. Me dieron permiso para adentrarme en la montaña energéticamente y enfrentarme al alto consejo de los Guardianes del Grial. De nuevo, sólo había amor, como había sentido antes al caminar por las ruinas: mi corazón amenazaba con estallar, de hecho me dolía el pecho. “Ábrete corazón, ábrete al Santo Grial”. El Santo Grial en su experiencia más elevada es AMOR, es decir, ¡la enseñanza viva de Joshua Cristo y María Magdalena! La pregunta de por qué había que ocultar todo el conocimiento se disolvió, dejó de tener importancia, había tanto amor entre los Maestros y Maestras del Grial: han llegado de todas las religiones y épocas, hasta los cátaros y los propios templarios. Pudimos ser testigos de una fusión única: Experimentamos la bendición de los que realmente vivieron aquí en este castillo y a su vez de sus maestros y mensajeros de luz de culturas antiguas, Egipto, Polinesia, las Américas, África… que todos tuvieron contacto entre sí, hasta los hermanos de las estrellas. “La historia se repite fractalmente”, pensé, junto con muchos otros pensamientos e informaciones que se dispararon a través de mí a la velocidad de la luz. Lo que más nos asombró al compartir luego las experiencias entre los presentes fue cómo los maestros permanecieron en amor, respeto y tolerancia entre ellos. Esa era exactamente la prueba de su maestría: nada de juegos de poder, nada de actitudes de sabelotodo, nada de interpretaciones ni juicios. Y en su mayor parte, se comunicaban y entendían telepáticamente. No hacían falta palabras. Entonces apareció mi maestro, Don Lauro, que se alegró muchísimo de tan ilustre encuentro y de que yo también, a través de mi linaje maya, representara el conocimiento de los mayas en el Consejo del Santo Grial.  No podía imaginar mayores regalos. Agradecimos y dimos por terminada esta alta iniciación que se nos había concedido. Bendecidos, descendimos por el otro camino, donde muchos otros conductos de cueva aguardaban nuestra próxima visita y exploración espiritual. La nieve de las montañas lejanas ayudó a que las neuronas de mi cerebro volvieran a estar en armonía y aterrizadas. Tal vez éste era el momento estelar de todo el viaje, pensé. Una vez más, comprendí lo que es el Santo Grial. Gracias, gracias, gracias. 

A 2 kilómetros se encuentra el dolmen más grande de los Pirineos: el Dolmen de Sem. Se ve desde la carretera, entronizado en una colina dibujando su antigua forma de mesa al horizonte. Esta impresionante presencia del poder druídico y la conexión cósmica eran ya una preparación para mañana, cuando volveríamos a encontrarnos con ellos. 

Cuevas de iniciación cátara en Ussat-les-Bains:      

A las 11:00 nos reunimos con nuestro guía, Michael Hock, autor del libro alemán “Occitania”, que nos dio una cordial bienvenida y pronto nos condujo a la primera cueva de iniciación cátara “Les Eglises” (las iglesias). Tras un breve paseo, entramos en una enorme gruta que, según se dice, albergaba en su parte trasera el antiguo lugar más sagrado del ritual del reparto del pan. Sin lámparas, volvía a estar totalmente oscuro, pero relativamente luminoso. Michael recitó el Padrenuestro cátaro, tras lo cual yo canté en lenguas de luz desconocidas para mi hasta entonces, y ambas cosas conmovieron profundamente el alma de todo el grupo. 

Más lejos, tras una subida algo más empinada, estaba la “Gruta Belén“, que era la parte más sagrada de las iniciaciones de novicios: solo tenían acceso aquellos que llevaban unos años en formación y demostraban ser aptos para la tarea de sacerdotisa o sacerdote, lo que con los cátaros se llamaba parfait: un perfecto. Correspondientemente viva y sagrada percibimos la energía en esta sala de las ceremonias cátaras máximas: una cueva con una abertura hacia el valle, pero que sigue amurallada en el lado opuesto. En el centro se alza una mesa dolmen intemporal sobre 4 piedras redondas del tamaño de un cuenco. Michael volvió a darnos valiosa información sobre la naturaleza y los rituales de los cátaros, luego bendije la sala con incienso y simplemente permanecimos en oración y silencio. Fue enormemente poderoso, ¡como si se reactivara el conocimiento ancestral! Algunos de nosotros nos acostamos uno por uno en la mesa sagrada druida, que simplemente te llevaba en un viaje en el tiempo y espacio como una nave espacial. Sólo Anja aceptó la invitación de Michael y subió a un hueco en la pared rocosa en forma de pentagrama, donde se quedó de pie y soltó. Tuvo profundas experiencias con recuerdos de vidas pasadas que la sacudieron profundamente. Este día fue una vez más un momento cumbre inolvidable, porque se nos permitió sumergirnos en los lugares más ocultos y sagrados de las iniciaciones cátaras, y a veces era como si acabaran de estar en uso. Todos sentimos el más profundo respeto y gratitud hacia estos cathari, los puros.  

Iglesia de Saint Salvayre:  

Nos enteramos de la existencia de este lugar en el último momento, queríamos echar un “vistazo” y nos quedamos horas. La pequeña iglesia desprende tanta fuerza telúrica, amor y autenticidad luminosa que nadie quería marcharse. Una vez más, todos se quedaron callados, sin ningún acuerdo previo, ¡fue mágico! Es la primera vez que veo un menhir en medio de una iglesia, lo que nos volvió a conectar realmente con la herencia druídica de esta zona. Así que partimos en busca del menhir más grande, a un kilómetro de distancia, que dos mujeres del grupo descubrieron primero. Y así, de repente, estábamos todos sentados entre los arbustos en el suelo alrededor del menhir, celebrando una ceremonia sagrada de tabaco con hojas de tabaco de México secadas y tostadas en casa, hasta que los pájaros se acercaron y piaron y nuestras almas se estremecieron. Mis sentidos internos me dijeron que María Magdalena había pasado por aquí. Cerca de allí se encuentran las antiguas termas romanas de Rennes-les-Bains, donde su querida amiga de Judea, Claudia Prócula, vivió con su marido Poncio Pilato tras el fin de su mandato en Jerusalén hacia el año 36 d.C. ¿No es probable que María Magdalena fuera llamada al exilio por su amiga porque allí su vida corría peligro? 

St. Maximin-le-Sainte Baume:  

A lo largo de nuestro peregrinaje por Occitania, nos sorprendió que normalmente fuéramos los únicos viajeros que visitábamos los lugares sagrados. A excepción de Montsegur, apenas encontramos turistas. Lo mismo ocurrió después de nuestro viaje a la zona costera montañosa al este de Marsella: a las 9:00 de la mañana, tras una subida silenciosa de 45 minutos, llegamos a la famosa Gruta de María Magdalena, cerca de St Maximin-le-Sainte-Baume. También aquí, a pesar de ser un lugar de peregrinación católico, todo estaba casi despoblado. La iglesia de la gruta era mucho más grande de lo que había imaginado y cuenta con varios rincones, estatuas y hasta tres niveles, a los que se puede acceder como en un camino iniciático. Como guardián de un gran santuario del agua con río, varios manantiales y cascadas en México, naturalmente me sentí atraído en especial por las dos piletas de agua, que equilibran las energías de la gruta, aportan paz al lugar de peregrinación católica y también crean una conexión con los antiguos santuarios celtas de la zona: A través del agua puedes viajar fácilmente en el tiempo y espacio. La Cueva de María Magdalena es un nodo en la Lattice del Punto Cero, como pude percibir aquí, en la red de corazón que conecta las culturas madre del planeta con Lemuria y Atlántida: Michaela vio el signo Ankh de Egipto, yo seguí teniendo flashes de monasterios de montaña tibetanos y viéndome allí, aunque nunca he visitado esa parte de la Tierra en esta vida. Fue una sorpresa para el grupo encontrar tanta pureza y luz en un lugar católico, lo que desgraciadamente no siempre es habitual debido a la historia de la iglesia. Descubrí una poderosa “tríada” cuyas tres estaciones se potencian y equilibran mutuamente: la pileta de agua superior – la estatua de María Magdalena justo al lado – y el reliquiario con huesitos unos escalones más arriba (con una María Magdalena más moderna, casi lascivamente reclinada). Justo debajo, un poco delante de las velas de la estatua inferior de María Magdalena, sin embargo, nos pareció recibir la vibración más alta, era la punta inferior de la tríada vuelta hacia abajo. Merece la pena detenerse y meditar un rato en estos lugares, así como en todos los demás altares, cada rincón cuenta aquí un aspecto diferente de María Magdalena y su gruta. Cuando volvimos a salir de la gruta, me llamó la atención una salita de peregrinos abierto a todos, con un montón de cenizas blancas de ayer aún tendidas en la chimenea abierta. ¡Nunca había visto nada igual! Éramos los únicos allí y tomamos asiento en una de las largas mesas de madera. Me permitieron dirigir una iniciación del Santo Grial, que comenzó con la sanación de lo sagrado femenino, luego también de lo masculino, y terminó con la reunión de dos símbolos del Grial, como en un tantra blanco sagrado. Aquí María Magdalena y Joshua Cristo eran nuestros maestros. Después de todos los regalos espirituales, sanaciones e iniciaciones casi diarias que habíamos experimentado en el viaje hasta ahora, la ceremonia de hoy terminó con la entrega desinteresada y el servicio espiritual: Con el fin de sanar, dirigimos el amor y la luz de esta cueva de montaña a zonas de guerra, hospitales y donde fuera necesario.    

En la Basílica de María Magdalena, en la parte baja de la ciudad, nos esperaba una energía algo más confusa: se superponían demasiados estilos arquitectónicos, como la estructura posteriora barroca de madera de la parte delantera de la iglesia, que no vibra en una frecuencia muy alta. Sin embargo, en la cripta, donde al parecer se conservan el cráneo de María Magdalena y otras reliquias en un relicario de cristal, volvía a ser muy auténtico: Allí hay una energía muy ahogada, algo pesada, que puede hacer que las personas sensibles se den la vuelta inmediatamente si no están acostumbradas a este tipo de energías o si la experiencia se mezcla con el miedo. Estaba familiarizado con estas energías de portal hacia los distintos niveles de los reinos de los muertos por las ceremonias de la muerte mayas y tibetanas, y tecleé las siguientes palabras en mi teléfono móvil como una especie de “escritura automática” porque apenas podía pensar con lógica y estaba yo absorbido por el viaje dimensional y el conocimiento de los muertos que nos llegó.  

“No, no es oscuridad, es energía de la muerte. Se necesita adaptación y alineación interior hasta que el sentimiento opresivo en tu corazón dé paso a la aceptación. Hasta que sabes: “Está bien, me quedo”. Después, empecé a comprender poco a poco el significado de la experiencia: “Es el corazón de la muerte en el culto a Osiris que vive para siempre, igual que tu alma inmortal, entre la luz y el dolor… Son las almas no redimidas en María Magdalena y muchos destinos de mujeres, muchas energías femeninas reprimidas, en las mujeres y en los hombres, en la sociedad… Es el corazón muerto, el corazón oculto, el corazón invertido, el corazón volteado hacia adentro, y no hacía afuera, el Sagrado Corazón, de Jesucristo.”  

Cuando subes de la cripta, María Magdalena te transmite gentileza, confianza, aceptación; ha aceptado la muerte de Jesús y está apoyada con el codo derecho despreocupadamente en su tumba con una cruz, tumbada en el suelo. Parece estar meditando, preparada para este mundo y su realidad. La experiencia aquí es muy especial, como las conexiones de punto cero con Egipto y el Tíbet en la gruta arriba en la montaña, sólo que aquí es como descender a una tumba egipcia, un misterio tibetano de los muertos o un encuentro con la Maestra de la Muerte con los mayas. Aquí, en San Maximino, líneas de tiempo y espacio parecen encontrarse; es como si todo nuestro viaje fuera recorrido de nuevo.  

  

Basílica de María Magdalena en Saintes-Maries-de-la-Mer: 

La iglesia fortificada, relativamente pequeña y de aspecto chato desde el exterior, se alza a pocas calles de la orilla del mar, por lo que merece la pena conectar primero con la “Madre Mar” por respeto interior y agradecerle el paso seguro de María Magdalena. Tan pronto como accedes por la entrada lateral, te cautiva el cálido ambiente románico y la energía terrenal y arraigada que abre tu corazón y que se respira en toda la iglesia. Hay muchos bellos cuadros y estatuas por descubrir, así que seguramente desearás sacar unas cuantas fotos. Inolvidable es la Virgen María dorada con el Niño en el lado izquierdo a la altura de la bajada a la cripta, que irradia tanta gracia, belleza y juventud ¡que resulta realmente contagioso! 

Mientras estaba en la cripta con una compañera de viaje, entró justo un grupo de gitanos: Apuntaron directamente a la estatua de tamaño humano de la Santa Sara, situada en la parte delantera derecha de la cripta, le acercaron velas, la acariciaron y le pusieron collares de colores, aunque Sara ya tenía bastantes. Sus constantes charlas y su energía dinámica me recordaron a los visitantes indígenas de una iglesia de pueblo en México con sus oraciones cantadas o a los altares sincréticos de los chamanes mayas, que significa la mezcla de diferentes tradiciones religiosas. Sólo cuando desaparecieron tan rápido como habían llegado vi todas las ofrendas y fotos gitanas que atestiguan un culto extremadamente devoto a Sara. Me arrodillé durante mucho tiempo y lloré: Sara se difuminaba en mi percepción con la figura mariana de la Virgen de Guadalupe, la “Santa nacional” de México, que es una Virgen morena: es la “morenita”, la de piel oscura. La aromanomo; en SEMUK descubrirás una capilla especial sólo para ella, justo a la entrada del valle, a la izquierda, por encima del camino. –Algo revuelto subí los escalones hasta una especie de altar mayor, justo encima de la cripta, donde me senté a meditar a solas en el coro románico. Las semicolumnas en la escasa luz me daban la sensación de estar en una villa romana, en Occitania, donde Claudia Prócula, la esposa del romano Poncio Pilatos, esperaba a su vieja amiga María Magdalena. De nuevo, muchas piezas del mosaico histórico del viaje vinieron a mi mente y empezaron a reorganizarse. Me hizo sentir bien y empecé a entender más de esta historia misteriosa, de Jerusalén, de los romanos, de la travesía en barco hasta el sur de Francia, aquí a Saintes-Maries-de-la-Mer, de la labor en Occitania y tal vez en toda Europa, de los cátaros, que vivían la igualdad de hombres y mujeres, hasta los templarios, que probablemente fueron los últimos guardianes del Grial y que escondieron y cuidaron ambos: tesoros luminosos e inmateriales de sabiduría existencial, así como los tesoros materiales asociados. Este Santo Grial es el conocimiento espiritual y vivo, además de sus prácticas, que sólo podían transmitirse de persona a persona o en forma codificada en pergaminos de papel. Ante todo, es el Sagrado Femenino y María Magdalena, hasta que esta “Diosa que regresa” pueda reintegrarse con el Sagrado Masculino tras 3000 años de opresión. Entonces el Grial se convertirá en la nueva unidad de lo femenino y lo masculino, de la mujer y el hombre en un tantra sagrado: María Magdalena y Joshua Cristo unidos. Entonces podemos aceptar también a su niña en común, Sara, la hija pródiga, y quizás a otros hijos de este «linaje real» (Sang-real, San-greal, Santo Grial). Aquí reconoces el Santo Grial como un proceso interior de amor, de aceptación e integración, como un camino occidental de iniciación al amor de Cristo y hacia las estrellas, como habrían dicho los cátaros.   

10-9-2024 Pascal K’in Greub, SEMUK, México